Iterativo
Reflexión por los 50 años de la División de CyAD
50 años, medio siglo, generaciones de académicos que han formado profesionales del diseño. Hechos que han sido producto del compromiso de una universidad con la sociedad, con un país. Una división de Ciencias y Artes para el Diseño que busca constantemente la resolución de diversos problemas que atienden múltiples problemáticas en el ámbito del diseño. Un modelo educativo, un sistema que no solo es innovador, sino acertado al equiparar el proceso de enseñanza-aprendizaje con la forma de atender y resolver proyectos en el campo laboral, en el día a día. Una multidisciplina e interdisciplina que se retrata en un sistema modular. Viva CyAD, viva la UAM.
Reflexión sobre la importancia del diálogo en ambos retratos
Obras que dialoguen entre sí, que interactúen entre sí, que comunican al espectador.
Durante muchos años he tenido la oportunidad de ejercer la práctica del diseño de manera profesional. He sido testigo de los avances tecnológicos y el constante cambio que obliga permanentemente al diseño a adaptarse, a evolucionar. Por otro lado, la docencia en el diseño, después de haber hecho el recorrido práctico, es una de las vivencias más gratificantes que he tenido, ya que compartir la experiencia del oficio del diseño, me ha permitido comprender de mejor manera el propio diseño. El diseño no solo cambia y se adapta con el paso del tiempo, el proceso de diseño es complejo y a veces complicado, mencionan los teóricos del diseño que tiene etapas, fases, contexto y lo más importante, que debe haber orden aún cuando no exista secuencialidad, pero el énfasis que constantemente hacen es que tiene y tendrá siempre, iteración.
El retrato intenta exponer que el diseño no es una sola pieza, sino que se compone de múltiples partes, y no siempre se presentan en el orden que esperamos, a veces es blanco, a veces es negro; sin embargo la propuesta retrata las dos situaciones que observo desde mi experiencia en el diseño. La primera compuesta por dos segmentos, atiende mi experiencia como diseñador en el campo laboral; la segunda parte que completa la obra, atiende al contexto académico. La intención es mostrar que ambos paradigmas del diseño, el académico y el profesional, coexisten y conforman mi práctica y vida dentro del mundo del diseño.
Cómo la expresión en el arte y el diseño produce cultura
La actividad humana en sí, produce cultura. Pero no solo se remite a las costumbres, los saberes o los artefactos que generamos, también se manifiesta en las ideas, las formas de pensar, de concebir al mundo y expresarlo a través de una obra. Arte que no solo intenta plasmar los sentimientos como se hizo históricamente en el fauvismo o el expresionismo, sino que puede tener una función, aún cuando ésta solo sea simbólica. Por otra parte el diseño, acorde a la herencia Bauhaus, debe tener esencialmente una función; no obstante puede contener elementos que hagan que se considere arte. Es una discusión que no intentaré resolver en estas líneas, pero merece la pena reflexionar al respecto ya que en sí ambas se complementan y juntas o por separado se convierten en parte de nuestra vida diaria, alimentan nuestra cultura como sociedad y también como humanidad.
¿Quién ve el retrato, desde el retrato?
La comunidad de diseño.
¿Qué ve?
Será difícil saberlo, habrá opiniones encontradas, coincidencias y diferencias. Lo anterior es precisamente lo que puede provocar una obra, no busco cumplir la función comunicativa de un diseño (me haría falta el elemento tipográfico que cierre el circuito), intento expresar a través de una obra la complejidad e iteración que implica la práctica de un diseñador.
50 años, medio siglo, generaciones de académicos que han formado profesionales del diseño. Hechos que han sido producto del compromiso de una universidad con la sociedad, con un país. Una división de Ciencias y Artes para el Diseño que busca constantemente la resolución de diversos problemas que atienden múltiples problemáticas en el ámbito del diseño. Un modelo educativo, un sistema que no solo es innovador, sino acertado al equiparar el proceso de enseñanza-aprendizaje con la forma de atender y resolver proyectos en el campo laboral, en el día a día. Una multidisciplina e interdisciplina que se retrata en un sistema modular. Viva CyAD, viva la UAM.
Reflexión sobre la importancia del diálogo en ambos retratos
Obras que dialoguen entre sí, que interactúen entre sí, que comunican al espectador.
Durante muchos años he tenido la oportunidad de ejercer la práctica del diseño de manera profesional. He sido testigo de los avances tecnológicos y el constante cambio que obliga permanentemente al diseño a adaptarse, a evolucionar. Por otro lado, la docencia en el diseño, después de haber hecho el recorrido práctico, es una de las vivencias más gratificantes que he tenido, ya que compartir la experiencia del oficio del diseño, me ha permitido comprender de mejor manera el propio diseño. El diseño no solo cambia y se adapta con el paso del tiempo, el proceso de diseño es complejo y a veces complicado, mencionan los teóricos del diseño que tiene etapas, fases, contexto y lo más importante, que debe haber orden aún cuando no exista secuencialidad, pero el énfasis que constantemente hacen es que tiene y tendrá siempre, iteración.
El retrato intenta exponer que el diseño no es una sola pieza, sino que se compone de múltiples partes, y no siempre se presentan en el orden que esperamos, a veces es blanco, a veces es negro; sin embargo la propuesta retrata las dos situaciones que observo desde mi experiencia en el diseño. La primera compuesta por dos segmentos, atiende mi experiencia como diseñador en el campo laboral; la segunda parte que completa la obra, atiende al contexto académico. La intención es mostrar que ambos paradigmas del diseño, el académico y el profesional, coexisten y conforman mi práctica y vida dentro del mundo del diseño.
Cómo la expresión en el arte y el diseño produce cultura
La actividad humana en sí, produce cultura. Pero no solo se remite a las costumbres, los saberes o los artefactos que generamos, también se manifiesta en las ideas, las formas de pensar, de concebir al mundo y expresarlo a través de una obra. Arte que no solo intenta plasmar los sentimientos como se hizo históricamente en el fauvismo o el expresionismo, sino que puede tener una función, aún cuando ésta solo sea simbólica. Por otra parte el diseño, acorde a la herencia Bauhaus, debe tener esencialmente una función; no obstante puede contener elementos que hagan que se considere arte. Es una discusión que no intentaré resolver en estas líneas, pero merece la pena reflexionar al respecto ya que en sí ambas se complementan y juntas o por separado se convierten en parte de nuestra vida diaria, alimentan nuestra cultura como sociedad y también como humanidad.
¿Quién ve el retrato, desde el retrato?
La comunidad de diseño.
¿Qué ve?
Será difícil saberlo, habrá opiniones encontradas, coincidencias y diferencias. Lo anterior es precisamente lo que puede provocar una obra, no busco cumplir la función comunicativa de un diseño (me haría falta el elemento tipográfico que cierre el circuito), intento expresar a través de una obra la complejidad e iteración que implica la práctica de un diseñador.